Hace más de 35 años, Don Félix Bañuelos Jimenez decidió apostar por un sueño: adquirir un terreno rústico en las tierras rojas de Arandas, Jalisco. Aquel espacio no tenía más que tierra y esperanza, pero en su visión estaba sembrada la semilla de lo que hoy conocemos como el Rancho Santa María.
Con el paso del tiempo, heredó este legado a su hijo Jose María Bañuelos Ramirez, quien fue el único en permanecer en Arandas trabajando incansablemente la tierra y el ganado. Poco a poco, con esfuerzo y dedicación, aquel rancho vacío se transformó en un espacio lleno de vida: se levantaron bodegas, se sembraron hectáreas de agave, limón, fresas e higos, y se construyeron caballerizas para resguardar la pasión por los caballos.
Hoy, el Rancho Santa María no solo es un lugar de trabajo, sino un símbolo de tradición, familia y orgullo jalisciense. Aquí se cría ganado de primer nivel como Angus Rojo, Simental y Brahman, y se prepara la próxima gran etapa: una fábrica de tequila que llevará al mundo el espíritu de Los Altos de Jalisco.
Pero la historia no termina ahí. Cada mes de enero, el rancho se viste de gala para celebrar el Campeonato Millonario de Arandas, un evento que reúne a lo mejor de la charrería mexicana, manteniendo viva la esencia de nuestro deporte nacional.
El Rancho Santa María es más que un lugar: es el legado de una familia, la fuerza de la tierra jalisciense y un proyecto que sigue creciendo, con la mirada puesta en el futuro sin olvidar sus raíces.
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